El tribunal de la Audiencia Nacional en España ha dado su fallo sobre el caso de Luis Rubiales, quien fue expresidente de la Real Federación Española de Fútbol. Rubiales fue encontrado culpable de agresión sexual debido al beso no consentido que le dio a la futbolista Jennifer Hermoso durante la celebración del Mundial Femenino en Sídney, Australia, el 20 de agosto de 2023. Junto con la condena, Rubiales está obligado a pagar una multa de 10,800 euros. Sin embargo, fue exonerado del cargo de coacción que se había mencionado en la denuncia original.
El transcurso de los hechos y el juicio
Los hechos y el desarrollo del juicio
En el juicio, Jennifer Hermoso testificó que el beso fue totalmente indeseado y que, lejos de ser un gesto de festejo, empañó uno de los días más significativos de su carrera en el deporte. “Era consciente de que mi jefe estaba besándome, y esto no es aceptable ni debe suceder en ningún entorno profesional o social”, declaró Hermoso ante el jurado. También añadió: “Fue un instante que ensombreció uno de los días más alegres de mi vida y en ningún momento anticipé o provocó ese acto”.
Durante el juicio, Jennifer Hermoso declaró que el beso fue completamente no deseado y que, lejos de ser un gesto de celebración, manchó uno de los días más importantes de su carrera deportiva. “Sabía que me estaba besando mi jefe, y esto no ocurre ni debe ocurrir en ningún ámbito laboral o social”, afirmó Hermoso ante el tribunal. También agregó: “Fue un momento que manchó uno de los días más felices de mi vida y en ningún momento busqué ese acto ni lo esperé”.
Por su parte, Rubiales defendió que el beso fue “mutuo” y consentido, algo que Hermoso negó rotundamente desde el principio. A pesar de las declaraciones de Rubiales, el tribunal determinó que el acto constituyó una agresión sexual según las leyes españolas.
Multa y medidas restrictivas
Además de la multa económica, el juez José Manuel Fernández-Prieto impuso una orden de alejamiento contra Rubiales, quien no podrá acercarse a menos de 200 metros de Hermoso ni comunicarse con ella durante un año. Esta medida busca garantizar la seguridad y el bienestar de la jugadora tras el impacto emocional que tuvo el incidente.
Por otro lado, el tribunal absolvió a varios implicados en el caso por el cargo de coacción. Entre ellos están Jorge Vilda, exseleccionador de la selección femenina, Albert Luque, exdirector de Fútbol Masculino, y Rubén Rivera, exresponsable de marketing de la Federación. Según la Fiscalía, estos individuos habrían presionado a Hermoso para minimizar el incidente, pero el tribunal no encontró pruebas suficientes para sostener esta acusación.
Reacciones y debate social
El fallo ha provocado opiniones encontradas en el entorno deportivo. Mientras algunos piensan que fue un incidente aislado, otros lo perciben como un reflejo de las dinámicas de poder que todavía afectan a las mujeres en el fútbol profesional.
Un hito en la lucha contra el acoso
Un precedente en la lucha contra el abuso
La resolución del caso contra Rubiales marca un precedente importante para abordar los abusos de poder y el acoso en el ámbito deportivo. La fiscalía inicialmente había solicitado una pena de dos años y medio de prisión para Rubiales: un año por agresión sexual y un año y medio por coacciones. Sin embargo, la condena final se limitó a la multa económica y la orden de alejamiento.
Aunque esta decisión puede ser recurrida ante la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, el impacto social del caso ya ha sido significativo. Jennifer Hermoso se ha convertido en un símbolo de resistencia frente a las conductas abusivas en el deporte, y su valentía al denunciar el incidente ha sido aplaudida por organizaciones feministas y defensoras de los derechos humanos.
Un llamado a la reflexión
El caso de Rubiales pone de manifiesto la necesidad de un cambio cultural en el deporte y en la sociedad en general. Las palabras de Hermoso ante el tribunal reflejan la importancia de respetar los límites personales y profesionales, incluso en momentos de celebración.
La sentencia no solo busca hacer justicia para Hermoso, sino también enviar un mensaje claro sobre la intolerancia a cualquier forma de abuso o acoso en el ámbito laboral, social o deportivo. Este caso, aunque polémico, ha abierto un espacio para reflexionar sobre cómo garantizar un ambiente más igualitario y respetuoso para todos los involucrados en el deporte.